El almacén es uno de los espacios más escondidos de la clínica, pero no por ello, menos importante.

Para los amantes y frikis de la odontología, entrar en el almacén produce una sensación de profunda felicidad. Tiene su propio aroma, su alma, su silencio… No podéis negármelo, el almacén puede ser un lugar de auténtico reposo y delicioso olor a monómero.

Un almacén bien abastecido, limpio y ordenado dice mucho de la clínica y de aquellos que lo organizan. Si faltan productos, están caducados o estropeados, tendremos problemas. Digamos que sin almacén no hay con qué trabajar, con el fin de que comprendáis la importancia de mantener un almacén en condiciones.

Pareciera que el encargado de almacén es alguien con poca importancia, pero es quien vela por el propio negocio, es el proveedor del producto y el material para el mismo.

El inventario es la recopilación de todo lo que hay en el almacén. Es muy recomendable tener elaborado un inventario general que prevea qué cosas necesitamos en el transcurso de un mes, y revisar cada semana aquellos productos que vayan faltando del inventario para realizar la lista de la compra.

Una correcta organización nos permite tener siempre todo a mano y bien colocado, además de tener los productos con fecha más antigua delante para ser consumidos primero y que no acaben en la basura, en el caso de que puedan caducar o ver alterada su esterilidad.

 

Por lo tanto, la organización también supone un ahorro de dinero en materiales, por si no lo sabes aún, son muy caros y lo último que quiere el jefe es “tirar su pasta a la basura”, y con razón.

Algunos consejos para el almacenamiento

El consejo de oro es ordenar los productos por su frecuencia de uso y por tipo:

  • Los productos de uso frecuente deben colocarse en los armarios bajos o más accesibles.
  • Los de uso menos frecuente, en los muebles altos y menos accesibles, sobre todo si eres una persona bajita, los bajitos necesitamos estos trucos para nuestra supervivencia.
  • Los productos que ocupan mucho espacio, como rollos de papel, es preferible conservarlos en su embalaje de plástico para que no absorban humedades o adquieran manchas indeseables, y podemos ubicarlos en zonas altas de los armarios.
  • Los productos químicos como por ejemplo los líquidos fijadores o reveladores para RX, el hipoclorito sódico, etc. mejor bajo el fregadero, separados del resto de elementos del almacén.
  • El material quirúrgico desechable, siempre se conserva mejor dentro de unos cajones, protegidos de la humedad o del contacto con otros productos.
  • Normalmente la limpieza de la clínica es realizada por profesionales del sector de la limpieza, pero si se encuentra entre las tareas que has acordado en tu jornada de trabajo, la higienización del almacén ¡es muy importante!
  • A menudo el almacén suele estar compartido con la sala de esterilización de la clínica, por lo que las superficies de los poyos, el lavabo y todo lo que toquen los instrumentos usados debe limpiarse y desinfectarse al final de cada jornada y cada vez que hayamos limpiado el instrumental allí.

Los pedidos se realizan en base a lo que ya tenemos en el almacén, y en relación a las cantidades que gastamos. Siempre debemos tener algo de excedente, y planear una compra grande al mes y varias más pequeñas si fuera necesario.

No hay que olvidar que, los pedidos tardan varios días en llegar, así que, ¡hay que adelantarse!

Conozco pocas clínicas con sistema de organización informática para el almacén, normalmente esto se ve en grandes empresas con muchos gabinetes, y de verdad, si dispones de ello, es lo ideal, pero si no, una buena libreta hará los honores. Para los amantes de lo digital, si manejas Excel o un software similar, es un gran aliado para estos menesteres.

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