Creo que nadie se siente cómodo al hablar sobre el dolor humano, a pesar de haberlo vivido, como cualquier otra persona.

Creo que las imágenes son más poderosas que lo que yo pueda transmitiros con mis torpes palabras.

A pesar de esto, diré algo. Todas las sonrisas importan, también las que han sido apagadas temporalmente mientras atraviesan la pérdida de un ser querido, la ruptura de su matrimonio, o cualquier otra cosa digna de ser llorada. Es el duelo ajeno, -lo que parece que solo ocurre a los demás- aquello que más nos cuesta ver, preferimos poner nuestros ojos en otra parte.

Necesitamos acompañar a estas personas en su duro proceso de superación, ya no solamente porque todos lo afrontaremos tarde o temprano, sino porque aunque no sea nuestro, el duelo de los demás importa.

Si estás caminando por esta senda de dolor y tristeza emocional, no olvides que tú importas mucho, tu dolor importa. Tú me importas, y quería que lo supieras.

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