Vivimos una época difícil para el sector dental. Aunque muchos piensan que realmente ser odontólogo es el chollo del siglo, lo cierto es que el panorama en nuestro país está un poco sobresaturado. Por si no lo habéis notado, encontramos una clínica dental en cada esquina, lo que hace ya saltar todas nuestras alarmas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se recomienda un dentista por cada 3.500 habitantes. Sin embargo, en España hay más del doble de esa cifra. Sin ir más lejos, la Comunidad de Madrid cuenta con un dentista por cada 930 habitantes. (Fuente Eleconomista).
Muchas clínicas ya empiezan a preguntarse por qué pierden pacientes o por qué simplemente les va mal. Realmente no sólo se debe a la saturación del mercado; los pacientes quieren servicios de calidad, modernidad, desean un tratamiento personalizado, cercano, agradable… Y dejar de sentir dolor en sus bocas y en sus bolsillos.
Ante la necesidad de renovarse y “estar a la última” en cuestiones de Marketing y otras técnicas de captación y fidelización, se han levantado empresas especializadas que colaboran activamente para ayudar a los dentistas a conseguir sus objetivos y a crecer como negocios prósperos y fuertes. Son las consultorías dentales.
Estas consultorías ofrecen un servicio integral de asesoramiento personalizado para tu negocio, donde puedes beneficiarte de sus estrategias e ideas para mejorar tu empresa e implementar nuevas técnicas de venta y atención al paciente en tu clínica. Incluso muchas se ofrecen a llevar la parte administrativa de tu negocio.
Una de las consultorías más interesantes es PrimeraRed. Nos ha parecido un lugar muy completo donde solicitar ayuda para tu clínica y estar informado de todo. Además puedes ver algunos ejemplos de su trabajo con otras clínicas. Ya nos contaréis vuestra opinión, a nosotros nos ha gustado mucho : )
Lo más importante a la hora de tener tu propio negocio, es tener los ojos abiertos y reconocer que todos necesitamos ayuda en algún momento de la vida, necesitar ayuda no te hace menos valiente, negarla por otro lado, te puede empobrecer en todos los sentidos.
