Saber cómo ubicar al paciente en el sillón es de vital importancia. Tras limpiar el gabinete lo prepararemos para recibir al paciente y además habremos colocado el sillón a una altura accesible y en posición de reposo, es decir, el respaldo y el reposapiés formarán aproximadamente un ángulo de 90º.

Ya hemos conducido al paciente al gabinete y debemos invitarle amablemente a que tome asiento en el sillón odontológico.

Si se trata de una persona anciana o impedida le ofreceremos nuestro brazo para ayudarle a sentarse y levantarse, de igual manera, si tiene problemas de rodilla le ofreceremos ayuda para acomodar sus piernas en el sillón.

Delante del paciente, para que a propósito éste lo vea, colocaremos una cánula de aspiración nueva, un vaso y una servilleta desechables sobre la pila. También procederemos a colocarle un babero al paciente para evitar que se ensucie o se moje y añadiremos una triada embolsada esterilizada sobre la bandeja de la unidad odontológica. La triada consta de un espejo, una pinza y una sonda de exploración.

Nunca colocaremos el instrumental ya abierto frente al paciente, sino aun cerrado y procederemos a su apertura justo en el momento antes de ser utilizado. De esta forma, le decimos sin hablar, que el material que usaremos en su cavidad oral está estéril y únicamente se va a usar en él. Si vemos que el paciente está algo alterado, nervioso o acalorado, le ofreceremos un vaso de agua y le preguntaremos: “¿Qué tal se encuentra?”

Siempre trataremos al paciente de “usted” a no ser que él indique lo contrario y podremos tutearle y preferiblemente llamarle siempre por su nombre, esto indica que nos importa y estamos interesados en su persona.

Este momento, sobre todo para los pacientes que nos visitan por primera vez, es crucial. Es importante tratarle con suma amabilidad y cordialidad, detectando el posible nerviosismo del momento para calmarle y que se sienta a gusto

Fuente imagen:clínica dental ortega monasterio