auto112Aunque las urgencias médicas en la clínica dental no se dan a diario, debemos estar preparados para saber cómo actuar ante ellas, porque tarde o temprano tendremos que actuar frente a una.

El dentista ha sido entrenado para detectar qué le sucede a la persona que empieza a sufrir una emergencia médica, tiene que poder diferenciar entre un simple mareo, una crisis de epilepsia, un paro cardiaco, un coma diabético o un síncope, por decir algunos ejemplos.

Sin embargo, el equipo de auxiliares, recepcionistas e higienistas debe también tener conocimientos básicos sobre cómo actuar en estas situaciones y ser capaces de seguir un protocolo de emergencias establecido en el lugar de trabajo.

El botiquín debe estar siempre al día, por lo que habrá que revisarlo a menudo para asegurarnos que no falta nada o cambiar posibles medicamentos caducados.

Ante una emergencia, primero guardaremos la calma y comenzaremos con protocolo, si somos nosotros quienes perciben que algo no anda bien avisaremos al resto del equipo, primero al odontólogo.

En segundo lugar, llamaremos al 112, teléfono de emergencias y explicaremos calmadamente lo que ha sucedido para que venga una unidad móvil a ayudarnos.

En tercer lugar ayudaremos al dentista en las posibles maniobras que haya que realizar, debemos estar familiarizados con los diferentes tratamientos y sus posibles casos adversos y con las maniobras de primeros auxilios.

Cuando el paciente ha perdido el conocimiento, los pasos básicos que se llevan a cabo son:

  1. Asegurarnos de que no haya objetos obstruyendo las vías respiratorias.
  2. Cerciorarnos de que el paciente respira y tiene pulso.
  3. Si fuera necesario, realizar la resucitación cardio-pulmonar.
  4. Una vez que ha llegado el equipo de urgencias con la ambulancia les contamos detalladamente lo sucedido y se describe la historia clínica del paciente.

Cuando el paciente está consciente:

  1. Se le coloca en la posición que le resulte más cómoda.
  2. Si se siente mareado abriremos una ventana próxima y le dejaremos espacio para respirar, colocando las piernas en alto, por encima de la cabeza.

Debemos avisar a los familiares transmitiéndoles la situación de forma tranquila para no asustarles.

A ser posible, desalojaremos el consultorio si los pacientes empiezan a notar el lío para que no arda la histeria colectiva.

Sería ideal que algún componente del equipo dental acuda con el paciente al centro médico, esto es siempre un gran apoyo para la familia y el paciente afectado.

Fuentes imagenes: sgtex

Clínica Natividad

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